¿Cómo afecta a la pareja el proceso de donación de óvulos o esperma?

Cuando una pareja que sufre problemas de infertilidad decide someterse a un tratamiento de reproducción asistida, lo hace desde una realidad psicológica a veces complicada. El solo hecho de recibir el diagnóstico implica una serie de estados emocionales parecidos a un luto que la pareja deberá atravesar, hasta llegar a la fase en la que deciden ir hacia adelante y ponerse en manos de los tratamientos que hoy en día ofrece la ciencia. Pero ¿cómo afecta a la pareja el proceso de donación de óvulos o de esperma? ¿es sencillo de asumir?

Ante la elección de estos tratamientos está la donación de óvulos o la donación de semen según las necesidades de reproducción de la pareja. La pareja decide entonces que uno de los dos, el que esté capacitado, sea el padre/madre biológico de dicho bebé mientras que para suplir la función reproductiva del miembro infértil, se recurre a un donante.

Anatoliy Cherkasi || Shutterstock

Esta alternativa para ser madre y padre, con buenas previsiones en cuanto a resultados, presenta a menudo ciertos conflictos psicológicos que conviene tener en cuenta.

Cómo afrontar el proceso de donación de óvulos o de semen

Cuando una pareja se enfrenta a una fecundación in vitro derivada de la infertilidad de uno de ellos, las sensaciones son diferentes para ambos miembros, según sean hombre o mujer.

En el caso de ellas, cuando el problema lo viven en su fisonomía y han de recurrir a una donante de óvulos, las emociones experimentadas se mueven principalmente en el terreno de la culpa, al no verse capaces de concebir. A esto le acompaña la sensación de “sentirse incompletas, como su incapacidad para concebir de forma natural las incapacitara de alguna forma para afrontar una maternidad.


Respecto a los hombres, suelen ante la donación de esperma de un donante valorar su incapacidad para fecundar asociada a la virilidad, cuando muchas veces nada tiene que ver. Se consideran menos potentes sexualmente, y menos “hombres” en el término más sexual de la palabra. Surgen dudas y conflictos internos al tener que asumir que será el semen de otro varón el que fecunde a su pareja.

Todos los aspectos por los cuáles el proceso de donación de ovocitos o de esperma pueden afectar a la pareja, en ambos casos, de prejuicios previos asociados a la maternidad / paternidad y a una idea que gira en torno únicamente al aspecto puramente biológico de la misma.

Por ello, a la hora de afrontar la donación de semen o de óvulos, se hace imprescindible centrarse en otros muchos aspectos de la paternidad, en todo lo que implica también a nivel educativo, de proyecto de vida.

En este sentido el apoyo psicológico y una valoración previa de la pareja por parte de un profesional resulta fundamental, con el fin de evitar estos pensamientos equivocados.

La mayoría de las clínicas de infertilidad o de inseminación artificial, en vista de esta creciente demanda, ofrecen ya un acompañamiento psicológico a lo largo de todo el proceso, durante el cual se resuelve cualquier tipo de duda que pueda surgir, además de ofrecer una información lo más detallada posible de todo el tratamiento.

Por otro lado, también pueden existir ciertos medios acerca del donante que se va a encontrar y si se será el adecuado. Este es un aspecto que no debe preocupar a la pareja ya que en España así como en otros países contamos con una ley muy cuidada respecto a la ovodonación o donación de semen, que cuida especialmente el tipo de donante y que impone unos requisitos bastantes restrictivos a éstos. Se les realizan diversos análisis y pruebas para verificar su estado de salud general y se les elige teniendo siempre en cuenta el fenotipo de los padres, para que, en la medida de lo posible, se parezcan bastante a éstos en todo.

Dicho esto, a las parejas que acudan a estos tratamientos con donantes les sorprenderá en el futuro que nadie lo aprecie a no ser que ellos mismos decidan comentarlo.

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