¿Es importante el tamaño de los ovarios a la hora de quedarse embarazada?

Los ovarios son unos importantes órganos femeninos, que gran relevancia debido a su función hormonal, endocrina y reproductora. Se forman pocas semanas después del nacimiento de un embrión femenino (a las 8 semanas, aproximadamente) y su tamaño, forma y función varía a lo largo de los años. Es decir, no se crean ovarios nuevos a lo largo de los años sino que la mujer nace con un número concreto de ellos que lo que hacen es madurar a lo largo de los años. El óvulo liberado en cada ciclo menstrual tiene, por tanto, la misma edad de la mujer. Pero ¿es importante el tamaño de los ovarios a la hora de quedarse embarazada?

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¿Cuál es el tamaño “normal” de los ovarios?

En el momento del nacimiento, una bebé tendrá unos ovarios que medirán más o menos 1 cm de diámetro y con un peso estimado entre los 250 y los 350 gramos. En su interior albergará el número de óvulos necesarios para completar sus correspondientes ciclos durante los años que dure la menstruación. Este dato es importante puesto que implica que los óvulos no se fabrican en la edad adulta, sino que su número viene ya determinado desde la primera infancia y lo que hacen es madurar y ser “liberados” en la menstruación.

A partir del nacimiento, los ovarios de las mujeres van aumentando su tamaño hasta que llega la pubertad, momento de madurez en el que se inicia el ciclo menstrual femenino, que nos acompañará gran parte de nuestra vida adulta. Para entonces, los ovarios han aumentando exponencialmente su tamaño, superando en mucho el tamaño que tenían al formarse: unos 3 centímetros de largo por 1,5 de ancho por 1,5 de espesor. Esto se correspondería con un volumen de unos 4,5 centímetros cúbicos.

Posteriormente, tras ser madre y durante la menopausia y su correspondiente pérdida de menstruación, los ovarios vuelven a disminuir de tamaño llegando a las cifras de la niñez más temprana.

Influencia del tamaño de los ovarios en los embarazos

Cuando las dimensiones de los ovarios distan mucho de estas cifras “medias” se pueden producir problemas de infertilidad. Una mujer con ovarios demasiado pequeños durante su etapa reproductiva puede tener problemas respecto a su reserva ovárica y de ahí, menores posibilidades de lograr un embarazo de forma natural.


Por lo general, unos ovarios más pequeños de lo que es considerado “normal” albergan un menor número de óvulos que unos que tengan la dimensión adecuada.

Por su parte, tampoco unos ovarios demasiado grandes implican mayores beneficios a la hora de quedarse embarazada. En muchos casos, el tener ovarios superiores en dimensiones a la media puede responder a diferentes patologías, como quistes, tumores o el síndrome de ovario poliquístico. Y todas estas alteraciones, lejos de facilitar la fertilidad femenina, la dificultan enormemente.

De ahí que cuando surjan problemas de infertilidad se valore también, dentro del grupo de pruebas iniciales, el tamaño de los ovarios para descartar este factor. Esto se consigue muy fácilmente a través de una ecografía transvaginal efectuada en 3 dimensiones que permite un visionado completo y preciso del tamaño de los ovarios.

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Muchas clínicas de reproducción asistida realizan este tipo de ecografía (también se hace por la seguridad social) para descartar anomalías en el tamaño y realizar una correcta valoración de la reserva ovárica.

Para completar esta prueba, además, se suele estudiar la presencia de la hormona antimulleriana a través de un análisis de sangre.

Con los datos de ambas pruebas se puede determinar el número de óvulos o la reserva ovárica de cada uno de los ovarios.

Una vez realizado este estudio completo se podrá determinar cuál sería el mejor tratamiento a seguir para lograr la consecución de un embarazo si el problema inicial reside en unos ovarios hipertróficos (demasiado grandes) o hipotróficos (muy pequeños).

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