Estudio de fertilidad

Al comenzar la búsqueda de un embarazo, lo único que nos planteamos es visitar nuestro ginecólogo para darle la gran noticia de que estamos preparados para ser padres.

Durante esos primeros meses de ilusiones, en ningún momento nos planteamos que fuéramos a necesitar hacernos más pruebas. Nosotros no íbamos a ser una pareja infértil. No, nosotros no.

Pero van pasando los meses, y la menstruación va apareciendo mes a mes, hasta que nos planteamos que comenzaríamos a hacernos algunas pruebas.

A estas primeras pruebas, en busca de un diagnóstico, se le suelen llamar “estudio de fertilidad”.

Para comenzar con este estudio, lo primero que se solicita es un seminograma. Analizar el semen del hombre es algo relativamente fácil e indoloro. No provoca molestia alguna, y es un primer paso para empezar a descartar problemas.

Según el ginecólogo y el sistema de sanidad que se siga (público o privado), a la vez que se hace el seminograma, o inmediatamente después si este ha salido correcto, la mujer deberá realizarse un análisis de hormonas.

Este análisis de hormonas se ha de realizar en dos momentos del ciclo. El primero de ellos, el día 3 del ciclo menstrual, en el que se medirán hormonas como la FSH (hormona folículo estimulante), LH (hormona luteinizante), Prolactina, Estradiol, Tiroides, Testosterona, etc.


Mediante este primer análisis, es posible reconocer un problema como el Síndrome de Ovarios Poliquísticos o SOP, en el caso de que haya una gran cantidad de Testosterona y la hormona LH sea 3 veces mayor que la FSH.

También es posible conocer una baja respuesta ovárica mediante la FSH. Cuando este valor está por encima de 10 unidades, se recomienda repetir el análisis, pues puede ser sinónimo de una baja reserva ovárica, pero se ha de descartar que simplemente no se trate de un “mal ciclo”. No obstante, la reserva ovárica se predice con más exactitud mediante el análisis de la hormona antimulleriana, que solo será solicitado por vuestro ginecólogo en caso de que la FSH le haga dudar.

El segundo análisis, se realiza el día 21 de ciclo. En este análisis se comprueba la cantidad de progesterona presente en nuestro organismo. También se recomienda que esté por encima de 10 unidades. Si no es así, es que la ovulación no se ha llevado a cabo o no lo ha hecho de forma eficiente.

Con los dos análisis hormonales de un ciclo, el ginecólogo debe de ser capaz de encontrar cual es el motivo por el que no estáis consiguiendo un embarazo. Aunque probablemente, si estos análisis están bien, os aconseje que la mujer se realice una Histerosalpingografía.

Una Histerosalpingografía es una prueba que promete ser tan molesta como un dolor de regla en la que, mediante un contraste introducido a través del cuello del útero y una radiografía, se comprueba si las trompas de Falopio presentan alguna obstrucción.

Estas pruebas son las básicas en un estudio de fertilidad, aunque si por ejemplo, se presenta un fallo ovárico prematuro como es mi caso, el ginecólogo recomienda directamente pasar a una Fecundación In Vitro (FIV), sin haber hecho falta hacerme una Histerosalpingografía.

Cada caso es particular, pero si os quedáis con la duda, buscad una segunda opinión. Nunca está de más que os vean dos profesionales distintos que aporten puntos de vista diferentes.

 Diario de una madre ingeniera

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