¿En qué casos se habla de inducción ovulatoria?

La esterilidad puede deberse a muchos factores. Así, la incapacidad de quedarse embarazada de manera natural, podría resolverse también por muchas vías. Normalmente, antes de lanzarnos a una inseminación o una FIV, los profesionales intentan otras vías menos radicales. Así, hay determinadas mujeres que simplemente registran problemas en su ovulación, por lo que una inducción ovulatoria o superovulación, combinada con relaciones sexuales regulares, podría ser suficiente para alcanzar el positivo.

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¿Qué es la superovulación en la mujer?

La superovulación o inducción ovulatoria, es un procedimiento mediante el cual se intenta generar una ovulación sana. En unas condiciones normales, una mujer sin problemas de ovulación registraría la maduración de un ovocito al mes. Con una superovulación se busca la maduración de varios ovocitos.

La liberación de más de un óvulo aumenta bastante la probabilidad de quedarse embarazada y ser madre en cada ciclo. Esto se consigue mediante farmacología, determinando el momento idóneo para que los espermatozoides puedan depositarse en la vagina. Es decir, mediante lo que se conocen como coito programado o relaciones programadas.

La inducción ovulatoria también sería un paso previo para la inseminación intrauterina o la inseminación artificial.

Tratamiento para inducir la ovulación

El primer paso en la superovulación será administrar una serie de medicamentos para estimular la maduración de los ovocitos de la mujer. Teniendo en cuenta que en un ciclo reproductivo normal se necesitan dos hormonas, la foliculoestimulante (FSH) y la luteinizante (LH), se administrarán sustancias por vía oral o inyecciones para aumentar los niveles de estas hormonas, las encargadas de dar comienzo y completar el proceso de maduración.

Tras la administración, es necesario una monitorización por parte de un profesional. Durante esta monitorización, se controlará el desarrollo de los ovocitos en los folículos ováricos. Esto se realiza mediante una ecografía vaginal.


En el momento en el que estos folículos adquieren el tamaño adecuado, se administra a la mujer una inyección que provoca la ovulación y que marcará el momento perfecto para comenzar a tener relaciones sexuales. Hay mujeres que no llegan a necesitar estas inyecciones, y que lograrán la ovulación por sí mismas.

En los días posteriores a esta maduración y ovulación, tienen lugar las relaciones programadas. También serían las fechas idóneas para practicar la inseminación intrauterina, depositando así el esperma directamente en el útero con un catéter.

Entre cinco y siete días después, un análisis de sangre podrá comprobar si el proceso ha sido un éxito y la concentración de hormonas ha sido suficiente para que el embrión se implante. Si la respuesta es negativa, se pude comenzar nuevamente el proceso aumentando la dosis de las sustancias suministradas.

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Posibles complicaciones de la superovulación

No hay evidencias científicas que demuestren que esta inducción ovulatoria pueda tener efectos secundarios a largo plazo para la salud de la mujer. No obstante, la superovulación sí podría tener algún que otro riesgo durante el proceso.

El más frecuente es el embarazo múltiple. Así, entre un 15 y 20% de las mujeres sometidas a estos tratamientos pueden tener embarazos gemelares. También podría ser un riesgo, un poco más complicado y peligroso, la hiperestimulación ovárica, aunque en estos casos sólo se registra el 1% de los casos.

El segundo caso, siendo menos común pero también más peligroso, se intenta evita mediante las monitorizaciones. El seguimiento con ecografías permite ver el número y tamaño de los folículos y de los niveles de estradiol. Si se notara que los niveles son demasiado altos y hay riesgo de hiperestimulación, el tratamiento se cancelaría.

En el caso de conseguir un embarazo gracias a la superovulación, los riesgos para la madre o para el feto son los mismos que podrían tener en un embarazo espontáneo. Siempre a excepción de las complicaciones derivadas de un embarazo múltiple. Estos peligros pueden ser la prematuridad o el bajo peso al nacer.

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