¿En qué consiste la técnica de reproducción asistida IMSI?

La IMSI es una técnica de reproducción asistida que se emplea en determinados tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV), también conocida como Inyección intra citoplasmática de espermatozoides morfológicamente seleccionados o Intracytoplasmic Morphologically Selected Sperm Injection por sus siglas en inglés, a las que debe su nombre.

Esta novedosa técnica consiste ser madre a través de una selección previa de espermatozoides de acuerdo a su morfología previamente a su introducción en el óvulo. Así, se descartan con anterioridad aquellos con cualquier tipo de anomalía que puedan dificultar el embarazo a posteriori.

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De este modo, se mejoran las posibilidades de éxito de la fecundación in vitro, realizando una completa observación previa de la morfología de los espermatozoides. Se detectan posibles defectos en la cabeza, cola o cuerpo intermedio.

Proceso de IMSI paso a paso

A continuación te mostramos cómo funciona y a en qué tipos de pacientes se recomienda este tratamiento. Para realizar una IMSI hay que acudir a un equipo médico de fertilidad muy cualificado, ya que es una técnica que requiere una gran precisión.

El primer paso para llevarla a cabo es depositar los espermatozoides en una placa. Posteriormente esa placa se sitúa en el microinyector, que controla la succión y el desplazamiento con gran detalle.

Utilizando un objetivo de altísima calidad, que permite hasta 6000 aumentos en la visión, se observa cada espermatozoide y se valora que presenten una morfología óptima. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los mejores espermatozoides han de cumplir estas características:

  • Que tenga la cabeza con forma ovalada
  • Presentar una cola recta y flexible
  • Tener un núcleo fijo
  • Coloración transparente
  • Acrosoma intacto
  • Sin vacuolas en el interior

Si todas estas premisas se cumplen, se apartan los espermatozoides seleccionados para inyectarlos en los óvulos, que también habrán sido conservados en un ambiente óptimo y similar al del vientre materno.


Finalmente, el siguiente paso para el proceso de IMSI es introducir los embriones resultantes en el útero de la paciente.

La IMSI está recomendada en los siguientes tipos de parejas:

1)      Aquellas en las que el varón presenta una baja calidad seminal, especialmente en cuanto a la teratozoospermia.

2)      Parejas que obtienen embriones de baja calidad a través de otros tratamientos.

3)      Pacientes con fallos de implantación o abortos de repetición.

4)      Parejas que no consiguen el embarazo con FIV recurrentes.

5)      Parejas con fallos de fecundación por ICSI.

Fuente || Pixabay

La calidad del semen es esencial para concebir un bebé, por ello en este tratamiento se indice tanto en ello.

Diferencia entre IMSI y ICSI

Es importante destacar la diferencia entre la IMSI y la ICSI, que en muchos usuarios puede inducir a error. Ambas consisten en una observación y selección previa de los espermatozoides pero la IMSI podría considerarse una versión mejorada del tratamiento de ICSI. En esta última el objetivo utilizado normalmente tiene 400 aumentos. Mientras que en la IMSI el objetivo logra llegar a los 6000 descartando espermatozoides no tan adecuados que al ser observados con el objetivo de 400 aumentos sí que podrían parecerlo.

Por su parte, la diferencia principal entre la IMSI y la FIV, es que realmente la IMSI se convierte en un complemento de la Fecundación in Vitro, cuando ésta ha fallado en varias ocasiones.

Se trata de un proceso más costoso, tanto a nivel de duración del tratamiento, los procedimientos médicos que implica como del aspecto económico. De hecho, algunos laboratorios que sí que realizan técnicas de Fecundación in Vitro no cuentan con los medios para desarrollar el proceso de IMSI. Los embriólogos o especialistas en fertilidad han de estar muy especializados en esta técnica y contar con aparatos específicos de elevada calidad.

Respecto al precio, esta mayor laboriosidad también hace que los costes se multipliquen. Así, una FIV normal en España puede costar entre 3.000 y 5.000 euros dependiendo de la clínica seleccionada (más unos 1.000 euros de medicación previa), mientras que si añadimos una IMSI habría que sumar de media otros 2.000 euros más.

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