A excepción de los casos en los que exista un problema de salud que lo impida, muchas veces somos nosotras mismas, las que dificultamos la consecución del embarazo, como consecuencia de pensamientos limitantes, comportamientos irracionales o de empeñarnos en conseguir el supuesto “estado óptimo para concebir”, a base de renunciar a determinadas actividades, seguir dietas milagro o evitar acudir a reuniones familiares, porque la prima del pueblo está embarazada de mellizos o tu cuñada, a punto de dar a luz y repartiendo invitaciones para su fiesta
baby shower.
Todas las privaciones autoimpuestas, únicamente contribuyen a un estado de desánimo, completamente contraindicado en estos casos.
Rehuir situaciones relacionadas con bebés o embarazos ajenos, nos alejará de nuestro sueño, por lo que no dudes en percibir esas experiencias como propias, sentirte parte de ello, dar rienda suelta a tu instinto maternal y vivir en consonancia con la mujer y la supermamá que llevas dentro; ya que solo de esa forma, lograrás eliminar los sentimientos negativos y dar con el camino adecuado para alcanzar tu objetivo.
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