«Lo más importante cuando se enfrenta un tratamiento de fertilidad es hablar, buscar apoyos, cuidarse y no obsesionarse»

En Seras mamá entrevistamos a Reyes Salvador periodista y autora de "Diario de una fecundación in vitro. Cómo sobrellevar un tratamiento de reproducción asistida" 

Diario de una FIV

 

Has definido este libro como “el reportaje de tu vida”, ¿por qué?

He intentado escribir lo que me hubiera gustado leer. Un reportaje tiene que ser informativo, objetivo y clarificador. Se han de explicar bien los procesos, el significado de la jerga médica, los avances en materia sanitaria, los índices de éxito… Pero en un texto periodístico no tienen cabida los sentimientos, el miedo, la frustración, la esperanza, el desespero. Escribir este libro ha sido un regalo que me he hecho a mi misma y una herramienta para sobrellevar de una manera “profesional” todo el proceso. Decidí escribirlo al mismo tiempo que transcurrían los hechos y sufrí casi un desdoblamiento de personalidad que me ayudo a tomar distancia de mi problemática.
Los médicos que me trataron sabían que estaba escribiendo el libro y en cada momento me brindaron todo tipo de información. Y puedo asegurar que fui muy pesada. Había ocasiones en qué intentaba observar mi entorno como si no fuera yo la protagonista. Y lo cierto es que esa actitud, o estrategia periodística, me fue muy útil para no caer en la obsesión. Estaba haciendo dos cosas: intentar tener un hijo y escribir un libro ¡alguna de las dos tenía que salir bien! Fue un verdadero asidero emocional.

¿Qué te empujó a escribir Diario de una fecundación in vitro? ¿Cuál era tu objetivo?

Desahogarme, ayudarme a mi misma y brindar apoyo a las mujeres y a las parejas ¡no hay que olvidar a los hombres!Diario de una FIV
Al margen de mi condición de periodista soy una persona que nunca ha tenido problemas en contar mi vida. Me irritan las mentiras, las medias verdades, “el que dirán”. Pero entiendo que no todo el mundo haga públicas sus miserias.
La infertilidad está circunscrita en un área muy íntima de nuestra existencia. No tenemos porque dar explicaciones a nadie, pero me molesta que por vergüenza alguien no pueda desahogarse porque percibe que se va a encontrar con incomprensión o prejuicios. Reconozco que no tengo ningún tipo de pudor y que explicar las cosas me ayuda y si alguien no se atreve a hacerlo por lo menos que leyendo un texto se sienta identificada y reconfortada.

¿Qué lo diferencia del resto de libros de esta temática?


Creo que a día de hoy sigue siendo el único libro que trata la fecundación in vitro desde el punto de vista del paciente recogiendo la experiencia en tiempo real.

Reyes, ¿cuál era realmente tu caso?

Mi pareja tenía muy pocos espermatozoides y con poca movilidad. Y por si fuera poco mi edad en ese momento, 41 años, representaba también un problema. No estaba en un momento fértil óptimo y mi producción de óvulos no era precisamente el de una mujer joven.

¿Cuál fue el momento más duro de todo el proceso y qué te ayudó a superarlo?

Después de dos ciclos interrumpidos (uno por la presencia de quistes y el otro por la poca cantidad de folículos y por su diferente tamaño) estaba agotada física y psicológicamente. No le había dado descanso ni a mi cuerpo ni a mi mente y justo el día antes de la extracción de los óvulos me sentí sin fuerzas. Acudí a una terapia auricular que me sirvió para aliviar mi angustia y decaimiento y evidentemente me apoye en mi entorno. Un abrazo, una caricia, unas palabras dichas con buena voluntad siempre reconfortan. Se tiene que sacar fuerzas de la flaqueza y continuar.

¿Por qué todavía en el siglo XXI la infertilidad sigue generando tantos prejuicios y secretismo?

La procreación está ligada al sexo y no vamos contando por ahí nuestras intimidades pero además, desgraciadamente, todavía se sigue ligando la virilidad y la feminidad con la fertilidad. Parece que una mujer es menos mujer por ser infértil y que un hombre ¡y aquí con el machismo hemos topado! no es viril por tener dificultades para engendrar. Incluso, veladamente, se sigue relacionando la infertilidad y la esterilidad con la disfunción eréctil. ¡La bestia negra de los hombres! Existe un vocabulario peyorativo que designa a los hombres y a las mujeres como los que “no valen, no sirven”.
Somos personas y tenemos dificultades para concebir, nada más.

Para terminar…¿Qué le recomendarías a una pareja que estuviese pasando ahora mismo por esta situación?

Que la decisión tiene que estar consensuada al cien por cien. Muchos hombres se dejan llevar y cuando aparecen los problemas sus parejas se sienten solas, incomprendidas. Es un trabajo en equipo, con un objetivo claro. Se puede asumir la maternidad en solitario, ningún problema, pero ésta tiene que estar concebida así desde el primer momento. No creo descubrir nada si afirmo que muchas parejas han roto tras un proceso de estas características.
Hablar, buscar apoyos externos, cuidarse e intentar no obsesionarse. Tenemos que ser algo egoístas y velar por nosotros mismos. ¡Ah! y tener claro que un hijo no soluciona ningún problema: agudiza los existentes y crea de nuevos. La maternidad, la paternidad es una faceta maravillosa de la persona pero no es obligatoria.
Hay que huir del dramatismo y del complejo de culpabilidad. Si además podemos echar mano del sentido del humor el proceso será más llevadero. Estamos intentando tener un hijo: no protagonizar una tragedia griega.

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Fecha de última actualización: 26/02/2019

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