El sangrado de implantación es un concepto que genera dudas y asusta a partes iguales. Una de las mayores búsquedas quienes tienen el deseo de ser mamás en Internet y una de las preguntas más habituales en los foros sobre la materia. Pero, ¿sabes qué es el sangrado de implantación realmente?
Qué es sangrado de implantación
Este sangrado es una pérdida ligera de sangre que se produce cuando el óvulo fecundado anida en la pared del útero. El blastocito invade el endometrio y se rompen los vasos sanguíneos que lo irrigan produciendo un sangrado leve. Biológicamente, es un proceso complejo en el que el blastocito se adhiere al endometrio, que ha de estar en una fase receptiva.
Para que se produzca el sangrado de implantación ha de darse una total sincronía entre ambos y ,el objetivo del blastocito es adherirse a esos vasos sanguíneos para formar uno nuevos que generarán la alimentación del futuro feto a través de la placenta y el cordón umbilical.
A veces puede ocurrir que el blastocito se implanta en otro lugar que no es el endometrio, como por ejemplo, en una trompa de falopio. En este caso hablaríamos de un embarazo ectópico, un proceso que no se considera viable y que reviste de peligro potencial para la salud materna.
Cuándo puede aparecer el sangrado de implantación
El sangrado de implantación ocurre entre 6 y 10 días después de la fecundación/ovulación por regla general y, como suele aparecer muy próximo a la fecha prevista para la llegada de la menstruación (en las mujeres con ciclos regulares), puede llegar a confundirse con la propia menstruación. A partir de calcular tus días fértiles también puedes determinarlo.
Cabe destacar que no todas las mujeres lo experimentan, y una misma mujer puede tener un sangrado de implantación en uno de sus embarazos y sin embargo no tenerlo en los siguientes, siendo indiferente el resultado de los mismos.
El sangrado de implantación: cómo puedes reconocerlo
Lo que sí es una realidad es que el sangrado de implantación es un síntoma evidente de embarazo y uno de los que primero se dan que evidencian que serás mamá, por lo que parece importante conocer sus características propias que lo diferencian de la menstruación. Son las siguientes:
- Es un sangrado leve. Puede ir desde una simple gota hasta una pérdida más constante, pero nunca superior a 3 días. La menstruación, sin embargo, tiene una duración media de entre 3 y 7 días.
- No va en aumento como la menstruación. No sigue el patrón habitual de escasa-abundante-ligera que sí sucede con el ciclo menstrual. Puede cortarse de repente o más bien progresivamente, de forma indistinta.
- Su color es diferente al del periodo. No tiene tonos rojizos intensos. Son generalmente rosados, granates e incluso marrones. Esto es así porque se trata de “sangre vieja”, que lleva más tiempo en el útero.
- No presenta coágulos en su textura. Es de apariencia homogénea, más ligera.
- El sangrando de implantación puede ir acompañado de calambres leves en la parte inferior del abdomen. También de pequeños cólicos parecidos a los que se dan con la llegada de la menstruación. Sin embargo, estos dolores suelen ser moderados y no van a más, como si ocurre cuando se espera la llegada de la regla.
Si el embarazo se ha producido, el sangrado de implantación se convertirá en el primero de los síntomas para que empiecen el resto propios de una gestante como son el cansancio y la somnolencia, el aumento de los senos y los cambios en su apariencia (areola más oscura), la aversión a ciertos olores y sabores, la apetencia por determinados alimentos, una sensibilidad más acusada, náuseas (generalmente matutinas)… etc. que habrán de confirmarse posteriormente, una vez que se produzca la primera falta, con un test de embarazo. Éste será el elemento determinante para reconocer tu nuevo estado.
