El embarazo anembrionario es un problema por el cual el óvulo fertilizado se implanta en el útero y desarrolla un saco gestacional que no alberga ningún embrión en su interior. Conocido también como “huevo huero”, el embarazo anembrionario es una causa muy común de aborto, siendo la causa del 50% de las pérdidas que se producen durante el primer trimestre. A veces incluso, esta interrupción o aborto bioquímico, se da antes de que la mujer sepa que está embarazada.
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Por otro lado, el embarazo anembrionado es una situación que se puede producir tanto en embarazos naturales como en los obtenidos mediante técnicas de reproducción asistida ya sea mediante inseminación artificial o fecundación in vitro.
Causas del embarazo anembrionario
Por lo general, la causa principal de este tipo de embarazos se debe a una alteración genética o cromosómica. Esta se produce durante la fecundación debido a veces a una baja calidad del espermatozoide o del óvulo.Las alteraciones más habituales son las trisomías autosómicas, monosomía X y poliploidias, entre otras.
Una de las razones por las cuáles se produce el embarazo anembrionario es que existe un error de información en las células y las que deberían formar el embrión nos responden, por lo que sólo se originan las que conforman la placenta y se da un huevo vacío. Este huevo sí que segrega la hormona del embarazo y de ahí que aunque el test resulte positivo, no exista un embrión implantado.
¿Cómo se detecta un embarazo anembrionario?
En Serás mamá te contamos cómo pueden diagnosticar este tipo de embarazo y cuál es el proceso a seguir.
- Las primeras ecografías que realice el ginecólogo mostrarán el saco gestacional pero no detectarán el embrión en su interior. Estos ultrasonidos transvaginales pueden dar resultados fiables a partir de la semana sexta o séptima tras la implantación.
- Aunque a veces la incapacidad para detectar el embrión en la primera ecografía que se realiza la mujer sólo indica lo reciente que está el embarazo. Por lo que, si el especialista no detecta el embrión ni el latido cardíaco en una fase temprana, citará a la paciente un par de semanas más tarde para comprobar si, efectivamente, éste se ha desarrollado o no.
- La ecografía es la única forma de detectar un huevo anembrionado ya que a a pesar de esta circunstancia los test de embarazo salen positivos y la mujer puede sentir los síntomas propios de una gestación tales como náuseas, animadversión a ciertos alimentos y olores, aumento de mamas… etc.
- En numerosas ocasiones es el propio cuerpo el que, al detectar un embarazo anembrionario, expulsa el saco gestagional en forma de menstruación y de manera espontánea. En otros casos, este proceso no surge de manera natural y habrá que practicar un legrado a la paciente.
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¿Se puede evitar el embarazo anembriónico? Es muy difícil predecir un embarazo anembrionario, sobre todo en mujeres sanas cuyas parejas no tienen ningún tipo de anomalía tampoco. Igualmente es complicado poder predecirlo cuando la mujer se ha sometido a un tratamiento de reproducción asistida. Sí que es cierto que es una situación cuyas posibilidades aumentan con la edad de la mujer (+ de 40 años) y que puede asociarse a la carencia de las vitaminas B o K.
Pronóstico y expectativas en nuevos embarazos
A pesar de la angustia que puede experimentar una mujer que sufre un embarazo anembrionario, el hecho de haber padecido uno no significa que tenga que volver a ocurrir. Sobre todo en el caso de parejas sanas sin ningún tipo de anomalía. Se trataría pues de una especie de selección natural en la que el cuerpo impide el desarrollo de un embrión con patologías.
Además, se puede volver a intentar el embarazo nuevamente con bastante premura. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda esperar 6 meses antes de intentar concebir. Sin embargo, la mayoría de los ginecólogos acortan esta recomendación a dos ciclos menstruales completos.
