Cuando una mujer se somete a un estudio de fertilidad, son muchas las pruebas que deberá realizarse. Si bien es cierto que a medida que salgan los resultados se podría exigir una u otra, hay pruebas que son siempre necesarias, como por ejemplo la prueba del tercer día. Esta prueba está relacionada con el nivel hormonal, sobre todo con la hormona foliculoestimulante o folitropina. Te contamos en qué consiste la prueba del tercer día en un estudio de esterilidad y por qué es tan importante realizársela.
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La hormona foliculoestimulante
La hormona foliculoestimulante es una hormona secretada por la glándula pituitaria. Hay otras hormonas, secretadas por los ovarios, como el estrógeno o la progesterona, que son las encargadas de hacer que la mujer pueda conseguir el embarazo. No obstante, la hormona foliculoestimulante (FSH), tiene un papel importantísimo que precisamente está vinculado al proceso de ovulación. Esta hormona es la encargada de estimular el crecimiento de los folículos.
El nivel de FSH que produce el organismo, está directamente relacionado con la reserva ovárica de la mujer. Es decir, con la cantidad y calidad de los óvulos con los que contamos. Con una prueba hormonal para ver estos niveles, podremos saber mucho sobre nuestra fertilidad.
Cuando la calidad y la cantidad de los óvulos empieza a mermar de cara a la menopausia, el cuerpo trata de compensarlo produciendo más FSH. Es in intento por estimular la función ovárica. Así, los niveles altos de FSH nos hablan de que la menopausia podría estar cerca. No obstante, los niveles bajos de FSH podrían influir negativamente en la fertilidad, pues induce el cese de los ciclos reproductivos.
¿Qué es la prueba del tercer día en el estudio de fertilidad de la mujer?
Se trata de una analítica de sangre que se realizará el tercer día del ciclo menstrual de una mujer. Durante el tercer día, los niveles de FSH pueden ayudar a determinar la reserva ovárica de esta mujer, dando información clara sobre la capacidad del ovario para proporcionar unos ovocitos sanos.
Lo cierto es que la secreción de FSH en la fase inicial del ciclo menstrual es bastante importante, pues sin ella, el funcionamiento del sistema reproductor no será el correcto y por lo tanto puede ocasionar problemas a la hora de ser madre. Esta hormona es la que estimula el crecimiento de los folículos, que, a su vez, servirán como saco para los ovocitos.
Los niveles de FSH durante la fase inicial del ciclo menstrual de una mujer son, por tanto, determinantes. Si no están dentro del rango normal, la mujer no podrá desarrollar los folículos.
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Otros niveles hormonales importantes
No es raro que, además de los niveles de la FSH, se pidan otros niveles hormonales en esta analítica. Mientras que la prueba del tercer día de FSH para la fertilidad proporciona información valiosísima sobre por qué una mujer no puede concebir, hay otras pruebas de fertilidad de diagnóstico que también deben ser realizadas para verificar el nivel de otras hormonas.
Estas hormonas son, principalmente, el estrógeno, la progesterona y la hormona luteinizante. Por ejemplo, la prueba de la LH (hormona luteinizante), determinará las concentraciones de esta hormona en sangre. Esta hormona está segregada por la hipófisis, y suele aumentar sus niveles a mitad del ciclo. Unos niveles muy elevados de LH deben ser tenidos en cuenta, pues estaríamos ante un posible caso de trastornos como la insuficiencia ovárica o el síndrome de ovarios poliquísticos.
El estradiol también es interesante observarlo. Es la forma de estrógeno más importante. Se genera en los ovarios, la corteza suprarrenal y la placenta. Esta hormona es la responsable del desarrollo de las mamas, de los genitales externos, el útero, las trompas de Falopio y la vagina. Entre sus funciones, podemos decir que el estradiol es la hormona responsable de que en cada ciclo se forme un único ovocito maduro, activa la producción de otras hormonas (como la LH) y prepara el endometrio para recibir al embrión.
