La implantación embrionaria es un proceso mediante el cual el embrión se ancla en el endometrio. Este proceso es completamente imprescindible para que ocurra el embarazo. A partir de este momento, será cuando comenzará a formar la placenta para permitir la nutrición, sustento y la protección del bebé durante toda la gestación. Te hablamos un poco sobre qué es la implantación del embrión, cuándo ocurre y los síntomas que puede producir.
¿En qué consiste la implantación del óvulo fecundado?
La implantación embrionaria es, sin duda, uno de los mayores misterios del embarazo. Si la implantación fracasa, no hay gestación. El organismo de la mujer puede liberar un óvulo maduro, puede ser fecundado, pero sin esa implantación, el embarazo natural no se produce y por lo tanto no podrá desarrollarse.
Es, por tanto, una de las fases más difíciles y desconocidas del embarazo. Por este motivo, las primeras semanas del embarazo, cuando tiene lugar la implantación, son las semanas de mayor riesgo. Por ello, si te gusta el running, puede que te mencionen que correr durante la implantación sea perjudicial y que en esta etapa debes hacer ejercicio pero de manera más moderada.
Podemos definir la implantación del embrión o embrionaria como el momento en el que el óvulo fecundado se desprende de su cubierta, se adhiere en el endometrio y se ancla a éste para iniciar lo que se llama el desarrollo intrauterino.
¿Cuándo ocurre la implantación embrionaria?
La implantación tiene lugar en el tercio medio de la posterior del útero, y se da durante un periodo de tiempo concreto. Este momento es conocido como ventana de implantación, y comprende desde el día 20 del ciclo hasta el 24, alrededor del día 6 y 7 después de la fecundación en un ciclo menstrual de 28 días.
Durante esta ventana de implantación, el endometrio es receptivo al embrión. Permite por tanto la adhesión del blastocito. El cambio de un endometrio no receptivo a receptivo sólo ocurre si existe un ambiente hormonal adecuado. Asimismo, sólo sucederá si el blastocito cuenta con las moléculas adecuadas para inducirlo.
Podemos establecer 4 fases dentro del periodo de implantación:
- Fase de precontacto: durante los días 5 y 8 del desarrollo embrionario, cuando el blastocito toma posesión sobre el tejido endometrial. Se orienta hacia el endometrio para permitir, un poco más adelante, la formación de la placenta.
- Fase de aposición: el blastocito buscará el lugar de implantación.
- Fase de adhesión: el blastocito se adhiere al epitelio endometrial. Queda así unido a él por moléculas de adhesión. Esto sucede entre el día 6 y 7 tras la fecundación.
- Fase de invasión: el blastocito invade finalmente el estroma endometrial, rompe la membrana basal y penetra en los vasos sanguíneos maternos.
Descubre cuáles son los hábitos de vida que podrían perjudicar la implantación del embrión y que no favorecen nada en esta etapa.
Síntomas de la implantación del embrión
El tema de los síntomas de implantación del embrión es un tema peliagudo. Muchas mujeres son completamente asintomáticas. Es más, lo normal es no sentir absolutamente nada. No obstante, hay otras mujeres que a la hora de ser madres pueden tener algún que otro síntoma asociado a esta implantación.
Por ejemplo, tras la implantación embrionaria, puede percibirse un ligero sangrado. En ocasiones es tan imperceptible que la mujer no ser dará cuenta. En otros puede darse un sangrado más abundante. Sea como sea, esto dependerá de cada mujer y cada organismo. No debemos agobiarnos si no aparece el sangrado de implantación, pues no siempre es posible su identificación.
Las mujeres que tienen reglas poco abundantes o irregulares, podrían confundir perfectamente el sangrado de implantación. Los especialistas aseguran que la diferencia radica en la textura. El manchado de implantación es mucho más ligero y no contiene coágulos. Es acuoso y rosado.
Hay, además, otros síntomas de la implantación embrionaria son los siguientes, aunque como hemos comentado, lo normal es que no sean perceptibles ni se den en todos los casos. Estos síntomas son:
- Cólicos de uno o dos días de duración, similares al dolor que se tiene durante la menstruación.
- Ligero hinchazón de los senos.
- Molestias por diarrea, acidez de estómago o estreñimiento.
- Ganas frecuentes de orinar
- Somnolencia.
- Náuseas e incluso vómitos, sobre todo al despertar.
- Intolerancia a algunos olores.