Cuando una pareja comienza a buscar un hijo lo hace con muchísima ilusión. Ampliar la familia es una decisión importante, pero también maravillosa. Así, los primeros meses de espera los nervios están a flor de piel y no es sencillo que la mujer se quede embarazada, no obstante, se sigue teniendo plena confianza en un resultado positivo. Es a medida que pasa el tiempo, cuando ese positivo no llega, cuando la desesperación hace aparición. Por eso, hemos querido repasar algunos de los factores que son determinantes para recurrir a un tratamiento de fertilidad cuando el embarazo natural no llega.
Señales claras por las que debes recurrir a una técnica de fertilidad
Tengamos claro que tener un hijo de forma natural no es fácil. Una pareja no se queda embarazada tan rápido como pensamos aunque siempre hay excepciones. Así, antes de alarmarnos, fijémonos en 6 factores clave que determinarán que has de recurrir a un tratamiento de fertilidad y que te están indicando que existe algún problema de fertilidad.
1. Más de un año de búsqueda
Los médicos aconsejan que si pasado un año manteniendo relaciones sexuales sin protección y con frecuencia (de dos a tres veces a la semana), no llega el embarazo, es necesario acudir a un especialista. Esto no significa que necesariamente tengamos que someternos a un tratamiento de fertilidad. No obstante, es el primer paso cuando se tarda en quedarse embarazada tras un largo periodo. Estudiar qué es lo que sucede y cuál es el motivo de que ese embarazo no llegue.
2. Abortos anteriores
Sufrir un aborto espontáneo es uno de los factores clave que determinan que has de recurrir a un tratamiento de fertilidad, una vez en la vida no significa que tengas problemas relacionados con la gestación. Pero, si has sufrido más de una pérdida gestacional, deberías plantearte visitar al especialista. Un patrón o los abortos de repetición pueden tener solución, por lo que sería conveniente que te realizaran un estudio para que te quedaras mucho más tranquila.
En estos casos una clínica de fertilidad también puede hacerse cargo. Hay que consultar con un especialista con experiencia en abortos de repetición y fallo de implantación. Una vez valorado tu caso, con el resultado de todas las pruebas pertinentes, el especialista te asesorará sobre si es necesario someterse a un tratamiento de reproducción de fertilidad o simplemente hay que vigilar más de cerca el próximo embarazo.
3. Cuentas con antecedentes familiares
En tu familia hay antecedentes familiares o sospechas de algún tipo de problema de fertilidad. Está claro que no siempre es así, pero la genética puede ser clave. Si estás pensando en ser madre y en tu historia familiar hay problemas que ya se sometieron a tratamientos de fertilidad, te quedarás mucho más tranquila si te realizan un estudio previo. En el caso de que esté todo normal, podrás seguir adelante. Si no, no perderás el tiempo y la moral en buscar cuando quizá no sea la manera correcta de hacerlo.
4. Cuando la edad apremia
Eso del reloj biológico ya sabemos que no es del todo cierto. No todas las mujeres sienten la “llamada para ser madre”. Aún así, lo que sí es verdad es que a partir de los 35 años el embarazo es mucho más complicado. A partir de esa edad, nuestros óvulos van envejeciendo y perdiendo calidad, algo que está directamente relacionado con la fertilidad de la mujer. Ya a partir de los 40 las posibilidades de quedarse embarazada de forma natural son bastante escasas. La postergación de la maternidad hace que este sea uno de los motivos más recurrentes a la hora de someterse a un tratamiento de fertilidad.
5. Problemas ginecológicos previos
Hay un sinfín de patologías del endometrio y problemas ginecológicos que podrían entorpecer vuestros planes y ser un factor clave que determinan que has de recurrir a un tratamiento de fertilidad. Haber padecido endometriosis, fallo ovárico, ovarios poliquísticos o anomalías estructurales en el útero, entre muchos otros. Además, si has padecido alguna ETS, podrías haber sufrido algún tipo de alteración en tu aparato reproductor. Todos estos casos podrían derivar en la necesidad de recurrir a un tratamiento de fertilidad.
6. Infertilidad masculina
Ojo, que las mujeres no son las únicas que tienen problemas de fertilidad. El 45% de los casos de infertilidad en la pareja, están relacionados con el hombre. Una enfermedad tan común como las paperas, podría haber alterado los espermatozoides de tu pareja. Es necesario hacer un estudio para ver la calidad del semen y acertar con el tipo de tratamiento de fertilidad.